Sonriente frente al espejo


Día: Miércoles, 4 de julio de 2007
Hora: 12:45
Lugar: Salón de Juego "La Vegas"

Carmen entra en el baño de señoras, su rostro ha palidecido precipitadamente. Se refresca en el lavabo y tras enjugarse con una toalla tiesa de suciedad, se queda fija mirando la imagen que el espejo le devuelve.

Una sombra cubre su mirada, casi perdida. Con ojos demacrados se acerca levemente al cristal queriendo ver más allá de la negrura de sus pupilas. No se explica cómo ha podido suceder, le ha vuelto a pasar. Hace un momento sentía el placer enajenante de las lucecitas y la música de la máquina, ahora toma conciencia que acaba de gastarse el dinero de la comida de la casa para todo el mes. ¡Malditas tragaperras!.

En un alarde de fortaleza -- que no tiene, se increpa frente al espejo, se insulta mirándose a los ojos, jura acabar con esto o con ella. Al momento, se derrumba con un llanto denso, de profunda y desconsolada pena.


Día: Jueves, 5 de julio de 2007
Hora: 23:54
Lugar: Pub "El Deán Tés"

- ¡No veas cómo se ponen los jueves! -- dice Víctor forzando la voz.
Hay un ruido inmenso y el ambiente está cargado de humo y efluvios corporales, algunos agradables, la mayoría hediondos.
Víctor y su colega han venido del pueblo buscando las famosas fiestas capitalinas de los jueves, cuando la multitud de universitarios se echan a la calle para celebrar el ritual del botellón y pescar carne fresca que llevarse a la cama. Después del colocón de cubatas baratos, los jóvenes se aprietan en las discotecas próximas a la ciudad universitaria, para echar la espuela y bailar un rato, con el objetivo de follar siempre en mente.
Víctor entra al baño a pegarse un tirito, hoy traía mercancía buena y en cantidad suficiente, la ocasión lo merece. Agacha el espinazo sobre el lavabo y esnifa una buena dosis. Aún corcovado observa las gotas de su sangre que salpican sobre la loza, se incorpora aprisa frente al espejo.
Un grumo de farlopa ha debido perforar algún vaso sanguíneo -- se convence, aunque con la nariz ensangrentada bien parece que le acaban de pegar un puñetazo. Sin más preocupación se lava, los problemas con la droga es cosa de otros. Como siempre, empieza a hacer posturitas frente al espejo: posa de perfil, pone mirada interesante, se lanza besitos, hace con la boca lo que cree que es una mueca seductora... Es un casanova, en el pueblo pocas ha dejado sin catar.


Día: Viernes, 6 de julio de 2007
Hora: 10:01
Lugar: Consulta de Oncología del Hospital "Infantes de Borbón"

A Raquel acaban de diagnosticarle un carcinoma ductal en el pecho izquierdo. Esperan en la sala a que una enfermera les traiga la documentación que han de llevarse. Pedro, su marido, permanece a su lado, muy compungido y callado. Ella se muestra impasible, con la mirada perdida en cualquier objeto irrelevante del mobiliario.

Acude al baño y se detiene frente al espejo. El lavabo rezuma un fuerte olor a hospitalidad y desinfección, una luz plateada se cuela por la ventana creando un ambiente luminoso pero frío, hay silencio.

Nadie está preparado para esto, un cáncer es un putada -- piensa. Se acerca y palpa sus pómulos, como intentando delimitar su calavera, imagina su cadáver y la oscuridad de la muerte.
En segundos, rememora toda su vida: la infancia, su familia, el amor de su compañero, el trabajo que adora, el conocimiento, la compañía de los amigos, el arte, el placer, la naturaleza, el mar, el calor; se detiene en la imagen de sus hijas, a las que tanto ama.
Espabila al momento, respira hondo y como siempre frente al espejo, se sonríe.
Saldré de esta -- desea.

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